sábado, 19 de septiembre de 2015


Nacho Tirado
Este es el contenido de un email que escribí hace muchos meses a un buen amigo y compañe
ro, ante su petición -bienintencionada y bien fundada- de que apoyáramos la petición de un referéndum en Cataluña. Su intención era ganar el referéndum (que ganase el no), pero creía que hacerlo era justo e incluso conveniente. Copio extractos porque sirven de complemento a un post reciente de Felix Ovejero sobre la necesidad de hablar de consecuencias reales a la gente. Mucho de lo que escribo está ya muy "manido", pero quizás pueda tener algo de interés.

"Querido ...
Como sabes mejor que nadie, el derecho de autodeterminación es un derecho reconocido internacionalmente para casos de descolonización y culturas (pueblos) oprimidos. Allí donde existen reglas democráticas, profundo autogobierno, libertad absoluta –incluso preponderancia- cultural y educativa, donde la lengua propia es libremente propiciada, defendida, fomentada –e incluso impuesta- desde las instituciones propias, el derecho de autodeterminación no existe. No existe desde el punto de vista del concepto como parte del derecho internacional, y menos aún desde el punto de vista de los derecho humanos. Pero es que tampoco existe desde el punto de vista de la justicia material. En mi opinión, las razones fundamentales son las siguientes (y resumo mucho) [insisto: el análisis es válido para un contexto como el descrito arriba, con democracia y libertad y respeto a la cultura propia, como, en mi opinión, acontece en Cataluña]:
-La separación de una parte de un estado supone un absoluto trauma socio-económico para los ciudadanos de la entidad separada y de la que se deja atrás. En diferentes grados, en el caso de Cataluña.
(i) Los ciudadanos de Cataluña sufrirían, sin el más mínimo género de dudas, un empobrecimiento que les retrotraería al inicio de los años 60, y que se comería entre 2 y 3 generaciones. Comenzarían sin acceso a los mercados, algo que tardarían mucho en ganar. Diga lo que diga el President (qué gran demócrata!), se saldrían de la UE y, por tanto, del euro (para que un país que no forma parte de la estructura de moneda única pueda utilizar la moneda ajena es necesario que se produzca un protocolo con el emisor (el BCE), que debería ser aprobado por las instituciones europeas). En este caso, pero también aunque no salieran del euro, se produciría una automática fuga de depósitos. Esto sería así porque cuando un país genera moneda propia, al dejar de contar con la estabilidad de las estructuras compartidas, se produce automáticamente una devaluación. La devaluación implica que los depósitos pierden su valor en la cuantía de lo devaluado: quien tenía 100 euros en el banco, al día siguiente pasa a tener 100 de la nueva moneda, que se cambiaría en el mercado por 30/50 euros, o la cantidad en que se pierda el valor. La alternativa a esta situación sería el establecimiento de una paridad artificial con el euro, algo que atenuaría temporalmente la fuga de depósitos pero que destrozaría la economía real, al hacer perder de golpe toda posibilidad de competir (por la tenencia de una moneda sobrevalorada). Naturalmente, esto haría quebrar a los bancos catalanes, salvo que huyesen del "país", cambiando de domicilio (es decir, dejando Cataluña sin sistema financiero nacional). Esto es solo el primero de los efectos. No quiero seguir, pero podría llenar hojas con los efectos automáticos de la independencia para empresas y ciudadanos de Cataluña; aunque antes de parar quizás convendría recordar que casi el 60% del PIB catalán se genera por intercambios con el resto de España, algo que se reduciría drásticamente, generando el caos absoluto en el sector económico y provocando quebrantos masivos a los ya quebrados bancos. Naturalmente, tanto si se producen las quiebras bancarias como si se da la fuga de entidades, es inevitable que el crédito se resienta. Esto incrementaría exponencialmente la destrucción del tejido empresarial [por cierto, no es éste un tema que carezca de interés "político": los políticos catalanes que se quejan de la transferencia de rentas públicas catalanas a los organismos públicos del resto de España, que es una realidad incuestionable (parte de los impuestos pagados por los catalanes se redistribuyen), parecen olvidar que el saldo comercial del sector privado a favor de Cataluña es mucho mayor, de modo que lo que reparten lo recuperan con creces a través de financiación privada]. Una Cataluña, pues, quebrada en economía real y financiera, que solo podría seguir adelante con el apoyo del FMI (ya no podría acogerse al Mecanismo Europeo de Estabilidad, al estar fuera del euro). Y durante muchos años de travesía en el desierto… Pero no se trata de eso. No es eso. En realidad, es probable que Cataluña, tras unos 20 o 30 años, fuese un país próspero. Eso sí, los que hayan sufrido la transición, quizás se preguntarán si valió la pena. ¿Todo a cambio de qué? ¿De participar en los mundiales?
(ii) Los ciudadanos del resto de España sufrirían una condena probablemente aun mayor: las 2 o 3 generaciones para la recuperación, serían 4 o 5, si no, más bien, infinitas generaciones, porque existe el riesgo de que España no existiera más. Quizás sea un cenizo, pero creo comprender la psique nacionalista (que, a diferencia de lo que creo que pensáis muchos, no tiene nada de democrática), y estoy absolutamente convencido de que a Cataluña le seguiría, sin solución de continuidad, el País Vasco, y luego Galicia, y los pan-catalanistas (que son los independentistas de toda la vida allí), reivindicarían Baleares y Valencia. Y por qué unos sí y otros no? Si se abre la veda, y el único requisito es la "exigencia democrática" de un referéndum "para que el pueblo decida su propio destino", por qué no también los demás? Naturalmente, no creo que haga falta que te cuente los efectos económicos brutales de todo ello para los ciudadanos. Por no mencionar los sociales, de desgarro, odio sobrevenido, rencor, desengaño y separación familiar que se producirían. Habría que ver si ello no acaba en tragedia de sangre. Pero no dejes que me ponga trágico. Solo una breve reflexión adicional sobre la economía: ¿y la deuda? ¿Nos quedaríamos los españolitos con toda la deuda? Seguro que me dices que no, que eso ya lo asumiría Cataluña, y, como creo que dices en la propuesta, sería requisito para permitir la independencia. Pero…es que eso no depende de España o de Cataluña: depende de los acreedores. Es lo que tiene el derecho privado, que si prestas dinero a un sujeto, para que te lo cambien, has de consentirlo. Y el único deudor de los bonos del estado español es…el estado español. Así que, si Cataluña se va, España deberá responder frente a terceros. Y deberá pagar la deuda con un 20 por ciento menos de sus activos, porque los demócratas catalanes se habrán dejado la deuda en el estado opresor, pero se habrán llevado los activos. Todo un ejemplo del manipulador y racista, "España nos roba". ¿No? Todo muy, muy democrático. Que los catalanes solos decidan eso. Muy democrático.
-Pero… ¿de verdad se puede causar tanto daño a la gente simplemente porque los catalanes tienen el derecho "democrático" a decidir en solitario "su destino"? ¿Pero de verdad es que el resto de los españoles no tienen nada que decir sobre su empobrecimiento brutal y la destrucción de su marco de convivencia? ¿Por qué no? ¿Por qué eleváis a tan alto nivel el supuesto "derecho democráctico de autodeterminación"? Aunque solo sea comparando sufrimientos (el sufrimiento causado por la separación frente al sufrimiento de seguir estando a un estado ajeno, que te garantiza todas las libertades lingüísticas, culturales y democráticas), creo que la cosa está muy clara. La autodetermianción es materialmente injusta. Genera un sufrimiento brutal a cambio de poco. Porque el ideal "romántico" de "pueblo libre", que, por cierto, tan de capa caída anda a estas alturas de la película, es más bien poco. Y lo es por dos razones más (y prometo terminar ya):
a) Lo es porque cuando, como he repetido, hay libertad social, cultural y lingüística para desarrollar plenamente la propia identidad, la búsqueda de la separación política no es más que una cuestión de élites. Los presidentes de regiones quieren ser presidentes de países; los consejeros ministros; los jueces del tribunal superior jueces del tribunal supremos; los intelectuales locales, intelectuales nacionales. Es un tema de poder, de vanidad y de control. Y el "pueblo", en cuyo nombre se hace todo, gana nada. Pierde, porque la desunión solo genera desgracia.
b) Lo es también porque el supuesto "derecho democrático" a la autodeterminación que se presenta como algo estructural y mayoritario en Cataluña es claramente algo puramente coyuntural. Es el resultado de una brutal propaganda de años (créeme, no hablo de leerlo en la "prensa de la caverna" de Madrid, sino que, como te dije, he crecido con TV3 y escuchando Catalunya radio), que ha generado una hoguera regada por el alcohol de la crisis económica. Siempre –siempre- han sacado los nacionalistas catalanes el cuento de que España les roba ("els nostres impostos a la nostra terra" rezaba una pintada en un muro frente a la casa de Castellón donde me crié…crecí leyendo eso cada día de mi vida hasta los 18 años), pero ha sido con la brutal crisis actual que ha prendido de verdad en los ciudadanos de allí. Pero no tienes que tomar mi palabra por ello: basta que eches un ojo a las encuestas de hace solo 5 o 6 años: el número de independentistas no superaba el 15%. Así que, en mitad de la mayor crisis en 50 años, hemos pasado del 15 al 55% en 5 años? Es eso de verdad el "inalienable" sentimiento de la ciudadanía catalana? O quizás el resultado de una coyuntura aprovechada por élites en su beneficio? Para ser coherente en tu propuesta, para ser verdaderamente "demócrata", quizás deberías reconsiderar el momento. Quizás sería más justo que ese referendum, si ha de darse, lo haga cuando haya pasado la crisis y la gente pueda votar en auténtica conciencia, sin el estado de excitación actual. Por qué crees que Mas y sus amigos están tan empeñados en que se haga lo antes posible? Porque saben que, en otras circunstancias, la cosa sería bien distinta. Quizás volveríamos a ese 15%???
Es decir, querido amigo, que lo democrático es poner el cuestión el modelo de convivencia, arriesgarse a que millones de ciudadanos pasen a la pobreza y quizás sufran males mayores, sólo porque las élites quieren blandir banderas propias. Pues lo siento, pero desde luego mi opinión es que no. Y te aseguro que no me siento menos demócrata que vosotros por ello.

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